miércoles, 11 de noviembre de 2009

Las cosas son así

El amor es fugaz, al igual que llega se va, tendemos a buscar ese "amor eterno", pero no nos damos cuenta de que no existe.

No digo esto porque esté intentando matar las ilusiones de la raza humana sino porque es cierto; nada es eterno, el amor tampoco.

No es necesario que venga un científico a decirme que las reacciones químicas que generan el enamoramiento desaparecen a los "X" meses, años, etc., para saber esto; es algo de lo que te das cuenta, se va el enamoramiento, pero en esa etapa de enamoramiento surgen otras cosas, cariño, amistad... una serie de lazos entre dos personas que son mucho más difíciles de romper. La gente que mantiene esos lazos, alimenta su amor... pues es capaz de mantener esa estrecha relación con la otra persona, a veces se logra, otras no. Depende de las personas implicadas jajaja.

Cuando el amor se va o incluso antes, muchas relaciones terminan. De nosotros depende el cómo, puedes intentar ser el mejor amigo de tu ex (cosa poco recomendable, duele), puedes entregarte a los placeres de la vida para olvidar (tampoco recomendaría esto, no olvidas), puedes amargarte pensando en el ¿cómo habría sido?, ¿por qué no fue?, ¿puedo intentar que vuelva a ser? (NO LO HAGAS, nunca dejarás de estar enamorado entonces, nunca pasarás página), puedes salir en busca de un nuevo amor (tampoco es bueno, porque no llegas a desenamorarte).

¿Qué recomiendo yo? Pues creo que lo mejor es tomarse un tiempo para uno mismo, dejar de preocuparse por la otra persona (aunque cueste mucho), buscar hobbies, distraer tu mente, pensar en otras cosas.

De lo que he dicho lo más dificil es dejar de preocuparse/pensar en la otra persona. Es verdad, es muy dificil hacer eso, hay muchos lazos de unión entre tu y ella, muchas veces queda amor, aunque sea solo por una de las partes. Con eso es con lo que hay que acabar, y hacerlo duele. Hay que pasar página.

No puedes culparte porque se haya acabado, ni tener miedo de olvidar, de pasar un dia al lado de esa persona y no sentir nada; esas cosas dan miedo, pero hay que asumir que pasarán, tarde o temprano; si no pasan, hay un problema, el problema de no haber superado un desamor.

Si no superas el desamor, nunca podrás ser feliz, ni encontrar a un nuevo amor porque estarás encerrado en ese amor que pudo ser y no fue, y el cual crees que podría volver a ser. No has pasado página.

Es duro ser un extraño para la que una vez fue tu pareja y que ella lo sea para ti, pero hay que comenzar así, para un día ni pensar en ella o poder llegar a ser su amigo de verdad. Cuando se deja de lado el amor, se puede intentar empezar otro tipo de relación; pero hay que dejarlo de lado.

Puede que estés tu enamorado y la otra persona no, o al revés. Para el que no está enamorado no es duro, ellos están ya preparados para ser tu amiga o compañera de piso, pero el enamorado no lo está, es por ello que hay que hacer el duro y gran esfuerzo de olvidar.

Tampoco podemos culpar a la persona que se desenamoró, no es su culpa, no es culpa de nadie. Es culpa del amor, aunque tampoco podemos culparle a él, porque cuando está es tan bueno que se le perdona todo jajajaja.

Para olvidar, lo mejor es ocupar la mente con otras cosas, distraerse. No tienes por qué perder del todo la relación con tu ex, pero si olvidarte de ella como no ex :)

Saludos de un enamorado de la vida.

jueves, 22 de octubre de 2009

Perdonnn

No he tenido tiempo en este último mes para casi nada y he dejado el blog un poco abandonado. Prometo que este fin de semana intentaré ponerme un poco al día, tengo varias cosas sobre las que escribir :). Muchas gracias a todos los que me habéis ido dejando comentarios, los he leido todos, me pasaré por vuestros blogs :)


Saludos, Jesús.

sábado, 29 de agosto de 2009

Sin inspiración

Necesito algo que me motive a escribir, unas vacaciones, una novia, una televisión nueva... jajajajaja. Estos días están siendo aburridos :/, y encima no puedo andar porque me corté el pie con una cuchilla de afeitar (no me preguntéis cómo, pero la pisé :) ).

Ayer me contaron un chiste malísimo pero no me acuerdo de cómo era, si me acordase lo pondría. De hecho, si me acordase de ese chiste, tendría algo de lo que escribir. Me gustan los chistes malos, me hacen reir cuando estoy borracho, y cuando no también jajaja.

Estoy oyendo ahora mismo "Me fui" de Bebe y estoy pensando en que seguramente todos hemos tenido esa sensación de tener a alguien al lado y que esa persona, a la vez, esté tan lejos que tengamos que buscar el cariño en otra parte, alejarte de esa persona, irte.

Y luego, otras veces, alguien está muy lejos fisicamente de ti y la sientes tan cerca que es como si estuviera todo el tiempo a tu lado. Sabes que cuando tienes un problema puedes acudir a esa persona que está lejos, pero está ahí. Siempre está ahí y te escucha, lee, aguanta... Puede enfadarse contigo pero es tu amiga, tu confidente. Claro que lo mismo ocurre en el sentido contrario, tú estás ahí para ella.

Algunos dirán, que triste que puedas estar más unido a alguien que no tienes cerca que a gente que está a tu lado, pero a mi me parece bonito. No sé, encontrar a alguien parecido a ti en un sitio en el que no te lo esperabas y decir "¡Quién me iba a decir...!", es bonito tener amigos en todas partes y más bonito aún es que esos amigos sean de verdad. Conocer a gente, sin juzgar. Entablar una amistad y después recorrer un camino juntos.

Lo mejor es, cuando a esa persona que conoces a través de una pantalla de ordenador, la conoces cara a cara. Da miedo el perder esa cosa que teníais cuando no os habíais visto, pero eso sigue ahí. La complicidad, los recuerdos, los muchos momentos juntos.

He hecho grandes amigos por internet y gracias a ello tengo amigos en casi todas partes: Barcelona, Gijón, Bilbao, Valencia, Alicante, Málaga (la mejor de todas :))... Claro que también he hecho grandes amistades lejos del ordenador, también en muchas ciudades, pero guardo un recuerdo más especial de esos a los que conocí sin conocerlos :)

Al final si que me ha dado para escribir un rato jajajaja, saludos.

domingo, 23 de agosto de 2009

¿Empatía?

Hoy quiero hablar brevemente sobre ese sentimiento que muchos experimentamos, pero que en algunas ocasiones solemos fatalmente confundir.

Es cierto que ser empático implica saber ponerte en el lugar del otro, comprender lo que siente y saber cómo reaccionaría ante determinadas situaciones.

Sentir empatía es maravilloso, te ayuda a entender el porqué de muchas reacciones de las personas que te rodean, así no prejuzgas y llegas a justificar las acciones que en un principio te son desconocidas.

Pero en otras ocasiones hacemos mal uso de esta emoción. Cometemos una falacia, y llegamos a poner nuestra cabeza en el cuerpo ajeno. Transmitimos nuestros pensamientos a la otra persona, y comenzamos a creer que si ésta no reacciona cómo lo haríamos nosotros es porque no siente lo que nosotros sentimos.

Me explico: ¿Cuántas veces no hemos llegado a creer que alguien no nos quiere simplemente porque tiene una reacción que nosotros nunca tendríamos? "No me llama, eso es porque no me quiere" "No recuerda que hoy hacemos dos meses, no le importo...." Esto es un error. Hay tantas maneras de reaccionar como personas hay en el mundo. Así que, si no se acuerda de que hoy hacéis dos meses, puede ser que hayas dado con un despistao, pero que al día siguiente te regala una rosa y te dice lo importante que eres.

El hecho de que nosotros actuemos de una determinada manera, no nos da una referencia sobre cómo debería hacerlo nuestra pareja por ejemplo; pero este es un error muy común.

Debemos aprender que cada persona actúa según su forma de ser, y esta no depende solamente de su carácter, también depende de las experiencias que haya tenido en la vida. Si te han hecho daño, porque siempre te entregas demasiado, probablemente la siguiente vez ya no te entregues tan pronto, pero eso no significa que no ames, simplemente que ahora lo haces con más prudencia. También es cierto que hay personas que por más cabezazos se den contra una pared, si son de abrir su corazón, lo van a seguir haciendo (me pongo como ejemplo en este caso).

En definitiva, ser empático requiere ocupar el lugar del otro, comprender su estado de ánimo y las circunstancias que le rodean; antes que juzgar según nuestro patrón de comportamiento.

Esto, como muchas otras cosas en la vida, se va aprendiendo poco a poco, tras muchas experiencias buenas y no tan buenas (que son de las que más se aprende :))

Practica tu empatía, intenta no descubrir que hay en la cabeza de la gente, sin antes ponerte en su lugar, y seguro, seguro, que poco a poco, vas viviendo más relajado.

sábado, 22 de agosto de 2009

El amargo don de la belleza

La belleza es como un espejismo, solo la ven aquellos que la buscan. El encanto físico es tan sólo un envoltorio agradable, una quimera que refleja aquello que queremos que los demás vean de nosotros. En el fondo es una mentira que nos empeñamos en fortalecer, para resultar más atractivos a los demás.

La belleza interior es otra cosa. Es un pilar fuerte, que se va labrando a lo largo de los años, que va creciendo y sosteniendo lo que el exterior ya no puede aparentar. Es el verdadero ímpetu, el espíritu fuerte que nos hace únicos... pero sólo unos pocos llegan a conocer ese núcleo interno que nos hace tan bellos.

Es cruel que la gente te juzgue porque tengas una cara bonita, un cuerpo esbelto o un físico imponente. En psicología se habla del "efecto halo" cuando a una persona le agregamos cualidades positivas solo por ser bello; emparejamos la belleza con la confianza, con la credibilidad, con todo aquello que hace a una persona interesante, pero de nuevo estamos reflejando algo que no es cierto.

Desconfío de la gente que se acerca a ti solo por la gracia que desprende tu mirada. No me gusta cuando el juicio de valor emitido se enfoca directamente hacia ese envoltorio que aunque cuidado, no es más que la mínima parte de tu encanto personal. Siempre vemos de las personas la proyección que tienen de sí mismas, pero una vez que nos adentramos y cruzamos la barrera de la belleza exterior, nos llevamos muchas sorpresas, porque todo el esfuerzo se ha concentrado ahí, y el interior está sombrío e inhóspito.

Por este motivo siempre es muy gratificante que alguien se empeñe en conocerte. Te invita a que abras tu corazón, y muestres todo tu mundo interior sin detenerse demasiado tiempo en la belleza que aparentas. Es lícito ser descubierto, mostrar todo aquello que te define, que tanto tiempo te ha llevado elaborar, algo que en realidad eres tú, mucho más que lo que puedas aparentar desde fuera.

Quiero dar gracias a las aquellas personas que se vuelcan en intentar saber que hay detrás de una cara bonita, que se quedan con lo que hay en lo más profundo, y que al descubrirte, te hacen sentir especial por lo más importante, tu personalidad.

La fuerza

La fuerza es algo que buscamos, pero que simplemente llevamos dentro.

Es la guía que nos ofrece el camino a seguir, que nos recuerda por qué seguir ese camino, y que nos impide desviarnos de la meta fijada. Es la sensación que experimentamos cuando queremos que algo salga bien, cuando deseamos que aquello por lo que luchamos llegue a buen puerto.

Necesitamos la fuerza para vivir, para sentirnos capaces de alcanzar los objetivos que creemos necesarios en nuestra vida. Necesitamos la fuerza para superar aquellas situaciones que se escapan de nuestro control, la utilizamos para encontrar una razón por la cual merezca la pena seguir adelante.

Siempre que pido algo a la providencia, es fuerza. Para aceptar mis derrotas, para mantener mis victorias o para aplicar mis principios cuando, por la razón que sea, parezco perder el norte.

La fuerza me ayuda a superar el miedo, con ella siento como si yo me creciera ante los problemas y éstos finalmente se quedan en meros obstáculos salvados.

A veces me falta, siento desfallecer, ella me abandona... por eso siempre intento conservarla a mi lado. La fuerza me ayuda a tomar decisiones y a mantenerlas. No me evita el fracaso, pero con ella consigo superarlo.

Tener fuerza no significa tener razón, o hacer lo más conveniente en cada momento. Pero sí es un instrumento para mantenerte firme, e intentar que todo lo que te rodea no te reste ni un ápice de solidez a lo que has decidido. Con ello no quiero justificar a los que la utilizan para dominar, la fuerza debe ser usada para el bien propio, intentando no perjudicar a los que carecen de ella.

A veces esa fortaleza procede de tu entorno, de los que te rodean. Es bueno estar rodeado de personas fuertes, pues en un momento de apuro podrás tirar de su tesón, si a ti te flaquea. Pero lo mejor, sin duda, es mirar en tu interior, y descubrir que eres más fuerte de lo que crees, pues así sabrás que por muy difícil que la vida se torne ante tus ojos, tú sabrás dominarla, y allanarás el camino que con los años has de pisar.

Recuerda: nunca sabremos lo fuertes que somos, hasta que la vida no nos pone a prueba, y seguro estoy de que siempre vas a descubrir que eres más fuerte de lo que crees.

lunes, 13 de julio de 2009

Estrellas

Cuando tenía 5 años, murió mi primer abuelo y recuerdo que me asusté, era la primera vez que moría alguien en mi mundo, no sabía lo que era eso; por la noche me costaba mucho trabajo dormirme y una de esas noches, mi madre, me llevó a la azotea y me enseñó las estrellas, entonces me dijo:

-¿Ves esa estrella tan grande que está ahí arriba?
-Sí. Le contesté.
-Pues esa estrella es tu abuelo, y el resto de las estrellas son otras personas que murieron. Cuando mires al cielo, las estrellas que más brillen son la gente a la que has querido mucho y ya no están. No puedes verlos aquí, pero siempre están acompañándote, y de noche, puedes verlas.
- ¿Por qué de día no? Pregunté yo.
-Porque de día, la estrella más grande de todas, el sol, las tapa. Pero por la noche el sol se va a dormir y salen ellas, para que la gente se acuerde de que están ahí, pase lo que pase.

Años más tarde, vi "El Rey León" (una gran película por cierto) y hay una escena en la que están Timón, Pumba y Simba tumbados en la hierba; Timón dice que las estrellas son luciérnagas; Pumba, que son bolas de gas explotando a miles de millones de kilómetros; y Simba, que eran reyes que habían muerto y siguen con nosotros, porque su padre le había contado eso una vez.

Científicamente, el que tenía razón era Pumba.

Y ahora que sé que las estrellas son bolas de gas explotando a miles de millones de kilómetros, me gusta asomarme a la ventana por la noche, mirarlas y decir: "Esas dos estrellas que brillan tanto, son mis abuelos; y esa de ahí tal persona".

Con esto solo quiero decir que es bonito creer, aunque sepamos que la realidad es distinta. A veces es bueno evadirse de esa realidad y preguntarse ¿Por qué no?, ¿por qué no van a ser las estrellas esas personas?, ¿por qué no va a haber vida después de la muerte?, etc.

Son cosas que quizás no es recomendable tener siempre en mente, pero en algunos momentos, es bueno cuestionarse lo que sabemos que es de una forma y pensar que puede ser de otra.

Esto es algo que sirve para todo, para la ciencia, para respetar a otras personas, a otras culturas...

Desde aquí, al que me lea, le invito a creer, a imaginar, a pensar y a recordar. Si esto no te lleva a sacar conclusiones, seguro que te hace sonreír con recuerdos bonitos.