sábado, 29 de agosto de 2009

Sin inspiración

Necesito algo que me motive a escribir, unas vacaciones, una novia, una televisión nueva... jajajajaja. Estos días están siendo aburridos :/, y encima no puedo andar porque me corté el pie con una cuchilla de afeitar (no me preguntéis cómo, pero la pisé :) ).

Ayer me contaron un chiste malísimo pero no me acuerdo de cómo era, si me acordase lo pondría. De hecho, si me acordase de ese chiste, tendría algo de lo que escribir. Me gustan los chistes malos, me hacen reir cuando estoy borracho, y cuando no también jajaja.

Estoy oyendo ahora mismo "Me fui" de Bebe y estoy pensando en que seguramente todos hemos tenido esa sensación de tener a alguien al lado y que esa persona, a la vez, esté tan lejos que tengamos que buscar el cariño en otra parte, alejarte de esa persona, irte.

Y luego, otras veces, alguien está muy lejos fisicamente de ti y la sientes tan cerca que es como si estuviera todo el tiempo a tu lado. Sabes que cuando tienes un problema puedes acudir a esa persona que está lejos, pero está ahí. Siempre está ahí y te escucha, lee, aguanta... Puede enfadarse contigo pero es tu amiga, tu confidente. Claro que lo mismo ocurre en el sentido contrario, tú estás ahí para ella.

Algunos dirán, que triste que puedas estar más unido a alguien que no tienes cerca que a gente que está a tu lado, pero a mi me parece bonito. No sé, encontrar a alguien parecido a ti en un sitio en el que no te lo esperabas y decir "¡Quién me iba a decir...!", es bonito tener amigos en todas partes y más bonito aún es que esos amigos sean de verdad. Conocer a gente, sin juzgar. Entablar una amistad y después recorrer un camino juntos.

Lo mejor es, cuando a esa persona que conoces a través de una pantalla de ordenador, la conoces cara a cara. Da miedo el perder esa cosa que teníais cuando no os habíais visto, pero eso sigue ahí. La complicidad, los recuerdos, los muchos momentos juntos.

He hecho grandes amigos por internet y gracias a ello tengo amigos en casi todas partes: Barcelona, Gijón, Bilbao, Valencia, Alicante, Málaga (la mejor de todas :))... Claro que también he hecho grandes amistades lejos del ordenador, también en muchas ciudades, pero guardo un recuerdo más especial de esos a los que conocí sin conocerlos :)

Al final si que me ha dado para escribir un rato jajajaja, saludos.

domingo, 23 de agosto de 2009

¿Empatía?

Hoy quiero hablar brevemente sobre ese sentimiento que muchos experimentamos, pero que en algunas ocasiones solemos fatalmente confundir.

Es cierto que ser empático implica saber ponerte en el lugar del otro, comprender lo que siente y saber cómo reaccionaría ante determinadas situaciones.

Sentir empatía es maravilloso, te ayuda a entender el porqué de muchas reacciones de las personas que te rodean, así no prejuzgas y llegas a justificar las acciones que en un principio te son desconocidas.

Pero en otras ocasiones hacemos mal uso de esta emoción. Cometemos una falacia, y llegamos a poner nuestra cabeza en el cuerpo ajeno. Transmitimos nuestros pensamientos a la otra persona, y comenzamos a creer que si ésta no reacciona cómo lo haríamos nosotros es porque no siente lo que nosotros sentimos.

Me explico: ¿Cuántas veces no hemos llegado a creer que alguien no nos quiere simplemente porque tiene una reacción que nosotros nunca tendríamos? "No me llama, eso es porque no me quiere" "No recuerda que hoy hacemos dos meses, no le importo...." Esto es un error. Hay tantas maneras de reaccionar como personas hay en el mundo. Así que, si no se acuerda de que hoy hacéis dos meses, puede ser que hayas dado con un despistao, pero que al día siguiente te regala una rosa y te dice lo importante que eres.

El hecho de que nosotros actuemos de una determinada manera, no nos da una referencia sobre cómo debería hacerlo nuestra pareja por ejemplo; pero este es un error muy común.

Debemos aprender que cada persona actúa según su forma de ser, y esta no depende solamente de su carácter, también depende de las experiencias que haya tenido en la vida. Si te han hecho daño, porque siempre te entregas demasiado, probablemente la siguiente vez ya no te entregues tan pronto, pero eso no significa que no ames, simplemente que ahora lo haces con más prudencia. También es cierto que hay personas que por más cabezazos se den contra una pared, si son de abrir su corazón, lo van a seguir haciendo (me pongo como ejemplo en este caso).

En definitiva, ser empático requiere ocupar el lugar del otro, comprender su estado de ánimo y las circunstancias que le rodean; antes que juzgar según nuestro patrón de comportamiento.

Esto, como muchas otras cosas en la vida, se va aprendiendo poco a poco, tras muchas experiencias buenas y no tan buenas (que son de las que más se aprende :))

Practica tu empatía, intenta no descubrir que hay en la cabeza de la gente, sin antes ponerte en su lugar, y seguro, seguro, que poco a poco, vas viviendo más relajado.

sábado, 22 de agosto de 2009

El amargo don de la belleza

La belleza es como un espejismo, solo la ven aquellos que la buscan. El encanto físico es tan sólo un envoltorio agradable, una quimera que refleja aquello que queremos que los demás vean de nosotros. En el fondo es una mentira que nos empeñamos en fortalecer, para resultar más atractivos a los demás.

La belleza interior es otra cosa. Es un pilar fuerte, que se va labrando a lo largo de los años, que va creciendo y sosteniendo lo que el exterior ya no puede aparentar. Es el verdadero ímpetu, el espíritu fuerte que nos hace únicos... pero sólo unos pocos llegan a conocer ese núcleo interno que nos hace tan bellos.

Es cruel que la gente te juzgue porque tengas una cara bonita, un cuerpo esbelto o un físico imponente. En psicología se habla del "efecto halo" cuando a una persona le agregamos cualidades positivas solo por ser bello; emparejamos la belleza con la confianza, con la credibilidad, con todo aquello que hace a una persona interesante, pero de nuevo estamos reflejando algo que no es cierto.

Desconfío de la gente que se acerca a ti solo por la gracia que desprende tu mirada. No me gusta cuando el juicio de valor emitido se enfoca directamente hacia ese envoltorio que aunque cuidado, no es más que la mínima parte de tu encanto personal. Siempre vemos de las personas la proyección que tienen de sí mismas, pero una vez que nos adentramos y cruzamos la barrera de la belleza exterior, nos llevamos muchas sorpresas, porque todo el esfuerzo se ha concentrado ahí, y el interior está sombrío e inhóspito.

Por este motivo siempre es muy gratificante que alguien se empeñe en conocerte. Te invita a que abras tu corazón, y muestres todo tu mundo interior sin detenerse demasiado tiempo en la belleza que aparentas. Es lícito ser descubierto, mostrar todo aquello que te define, que tanto tiempo te ha llevado elaborar, algo que en realidad eres tú, mucho más que lo que puedas aparentar desde fuera.

Quiero dar gracias a las aquellas personas que se vuelcan en intentar saber que hay detrás de una cara bonita, que se quedan con lo que hay en lo más profundo, y que al descubrirte, te hacen sentir especial por lo más importante, tu personalidad.

La fuerza

La fuerza es algo que buscamos, pero que simplemente llevamos dentro.

Es la guía que nos ofrece el camino a seguir, que nos recuerda por qué seguir ese camino, y que nos impide desviarnos de la meta fijada. Es la sensación que experimentamos cuando queremos que algo salga bien, cuando deseamos que aquello por lo que luchamos llegue a buen puerto.

Necesitamos la fuerza para vivir, para sentirnos capaces de alcanzar los objetivos que creemos necesarios en nuestra vida. Necesitamos la fuerza para superar aquellas situaciones que se escapan de nuestro control, la utilizamos para encontrar una razón por la cual merezca la pena seguir adelante.

Siempre que pido algo a la providencia, es fuerza. Para aceptar mis derrotas, para mantener mis victorias o para aplicar mis principios cuando, por la razón que sea, parezco perder el norte.

La fuerza me ayuda a superar el miedo, con ella siento como si yo me creciera ante los problemas y éstos finalmente se quedan en meros obstáculos salvados.

A veces me falta, siento desfallecer, ella me abandona... por eso siempre intento conservarla a mi lado. La fuerza me ayuda a tomar decisiones y a mantenerlas. No me evita el fracaso, pero con ella consigo superarlo.

Tener fuerza no significa tener razón, o hacer lo más conveniente en cada momento. Pero sí es un instrumento para mantenerte firme, e intentar que todo lo que te rodea no te reste ni un ápice de solidez a lo que has decidido. Con ello no quiero justificar a los que la utilizan para dominar, la fuerza debe ser usada para el bien propio, intentando no perjudicar a los que carecen de ella.

A veces esa fortaleza procede de tu entorno, de los que te rodean. Es bueno estar rodeado de personas fuertes, pues en un momento de apuro podrás tirar de su tesón, si a ti te flaquea. Pero lo mejor, sin duda, es mirar en tu interior, y descubrir que eres más fuerte de lo que crees, pues así sabrás que por muy difícil que la vida se torne ante tus ojos, tú sabrás dominarla, y allanarás el camino que con los años has de pisar.

Recuerda: nunca sabremos lo fuertes que somos, hasta que la vida no nos pone a prueba, y seguro estoy de que siempre vas a descubrir que eres más fuerte de lo que crees.